Pero, esto no se hace con un hilo dental literal, sino que se basa en la estimulación bilateral y en el uso de sonidos específicos que ayudan al cerebro a dejar de estar tan acelerado y a recuperar la calma.
Cuidar de ti mismo y tomarte el tiempo necesario para calmar tu mente es un acto de amor propio. La ansiedad puede aparecer, pero también puede superarse.
En algunos casos, puede ser necesario utilizar medicamentos recetados para tratar la ansiedad. Si tu ansiedad es severa o interfiere significativamente con tu vida diaria, habla con un médico para explorar las opciones de tratamiento farmacológico.
Respiración profunda y consciente: inhala por la nariz contando hasta cuatro, mantén el aire por cuatro segundos y exhala lentamente.
Los ejercicios de fuerza y flexibilidad, como el levantamiento de pesas o el yoga, también pueden ayudar a reducir la ansiedad y promover la relajación. Incluye estos tipos de ejercicios en tu rutina de ejercicio para obtener beneficios tanto fileísicos como mentales.
Movimiento ocular: Se sigue con la mirada el dedo del terapeuta o un objeto (como una luz) mientras se mueve en el campo Visible.
Consiste en enfocar la atención en el momento presente, sin juzgar los pensamientos o emociones que surjan. Puedes comenzar con solo unos minutos al día y gradualmente aumentar la duración de la práctica.
Un terapeuta puede ayudarte a desarrollar estrategias de afrontamiento, proporcionar apoyo y acompañamiento durante el proceso, así como ayudarte a explorar si existe alguna causa o desencadenante específico de tu ansiedad.
10. Busca Apoyo: El último consejo para calmar un ataque de ansiedad es contactar a un amigo o acquainted de confianza para hablar sobre lo que sientes o simplemente contar con su compañía para mayor tranquilidad.
Atención plena o mindfulness: concéntrate en el presente para evitar que la mente divague hacia pensamientos ansiosos o de preocupación.
La relajación muscular progresiva implica tensar y relajar diferentes grupos musculares de manera secuencial. La imaginería guiada implica visualizar escenas de calma y tranquilidad para provocar una respuesta de relajación. Puedes experimentar con diferentes técnicas para encontrar la que mejor funcione para ti.
Relajación muscular click here progresiva: tensa y relaja diferentes grupos musculares, empezando por los pies y terminando en la cabeza, para liberar la tensión acumulada en el cuerpo.
Uso de una pelota antiestrés: manipular un objeto en tus manos ayuda a descargar la tensión acumulada.
Sentir ansiedad ocasionalmente forma parte de la vida diaria. Sin embargo, quienes presentan trastornos enfrentan de manera frecuente miedos, temores y episodios de pánico ante situaciones comunes.